No he guardado ningún recuerdo de ti.
Ni del tacto de tus intenciones
ni del sabor de tu risa
ni de tu intensidad al clavarse contra mi piel.
No me he quedado nada y lo he hecho a propósito, para no deberte nada, no tener nada que devolverte, para no poder pasear cada día por noches del pasado.
Y cuando me asalta este estúpido vacío, que tan bien conozco por egoísta y recurrente, miro hacia otro lado y no veo tus ojos…porque no los recuerdo.
Es entonces cuando siento unas ganas incontrolables de volver a conocerte.
TREA